ENCUENTRO
Caminaba en solitario hacia la Alfaguara y cerca de Nívar lo encontré junto al sendero. Detuve mi marcha para no perturbar su paz pero él sintió mis pasos, volvió su cabeza, nos miramos y los dos nos comprendimos.
Gracias a todos los que han visitado estas páginas y a los que han vertido algún comentario.
7 comentarios:
¡Hola!: ¿hacia donde caminas?. Veo por tus ojos que llevas una pesada carga a tus espaldas. Mi carga es mi trabajo y parece que lo llevo mejor que tú.
Llevas razón, mi carga es peor que la tuya. Ahora descansas. Te veo tranquilo. Yo no se hasta cuando podré aguantar. La vida me resulta a veces demasiado pesada. Sigue en paz y deseame suerte. La voy a necesitar.
Juan Gómez.
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Almas gemelas, parece que os conocíais desde siempre, faltaba que tomaseis juntos unas cervezas. Muy chula la foto papi.
Paréceme a mí que andáis idos
cuando a dialogar con un pollino
os aprestáis. Incluso a adivinar
su pensamiento más profundo.
¿Ha vuelto a rebuznar mi burro?
No me extraña la cuestión, pero mirad
lo que a mí un día con tal rocín me sucedió:
Que al verlo tan feliz y sin un mal resabio,
díjeme por qué en su cerebro se pergeña
un mundo de ilusión -su santo y seña-
al tiempo que yo sufro, tiemblo y rabio.
-¡Oh, tú,Jumento prócer, tú que tanto sabes:
¿Por qué será que siento un espeluzno
cuando en filosofías profundas me meto
y cuanto más y más lo pienso, peor…?
El burro ríe, medita y da un rebuzno.
-Pues os pasa, amigo, -me contestó,
todo lo contrario que a un servidor:
Que cuanto “más pienso”, mejor…
¿Será cabrón el burro? ¡Qué roznido!
Parece que me ha dicho: "¡Tú estás ido!
¿Comparar mis afanes brutos, aunque nobles,
con tu alma, aunque torpe, hecha por Dios…?
Sublime Juan, sublime Nito, gracias Dani. Pero insisto, hace más de treinta años que me encontré con este buen amigo del hombre, al que tanto ha ayudado con su duro trabajo a lo largo de los tiempos, y sí, sentí su mirada, lo comprendía, y en cierta manera me identificaba con sus herméticos sentimientos que por un momento noté que afloraban y me trasmitía.
"Vamos, amigo, acércate y caminemos juntos. Nos esperan los cerros aquellos que adornan el horizonte. Nos espera la vida. Caminemos juntos, amigo. Yo te llevaré por senderos suaves. No temas, amigo. Si tu me miras a los ojos y me sonríes, yo te ofrezco mi compañía incondicional. Vamos, amigo, acércate y caminemos juntos". Un beso.
Me asombras Manolo, hace algún tiempo que no te veo. Me dá la sensación que quieres decir algo entre líneas.
La foto de lo más natural, pero y tú....?
Muchas gracias por tu comentario Koncha, reconforta y es como la mano que ofrece ayuda para salvar un gran escollo en la montaña.
Gracias a ti también, Fina, es cierto, lo que quiero decir no lo digo pero lo siento, aunque no lo pueda explicar.
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